La Trampa de Almas Arcóntica
Una Visión Distinta del Más Allá y de la Reencarnación en la Tierra
1. Resumen
En artículos previos hemos hablado sobre el fenómeno de las experiencias cercanas a la muerte. Consideramos que estos casos frecuentemente atestiguados ofrecen unos pequeños vislumbres del más allá y representan la fase desencarnativa de un infinito ciclo reencarnativo de la consciencia.
Los testimonios de ECM fueron estudiados de modo sistemático por primera vez por el famoso psiquiatra y filósofo Dr. Raymond Moody quien presentó un cuadro sinóptico exhaustivo del fenómeno y popularizó el término con la publicación de su obra pionera «Vida después de la Vida» en 1975. Desde entonces miles de casos de este tipo han sido investigados a fondo por numerosos expertos médicos de renombre como Bruce Greyson, Jeffrey Long y Pim van Lommel por nombrar sino unos pocos y una gran cantidad de libros y documentales se han publicado sobre el tema.
La mayor parte de estos materiales divulgativos pintan una visión esperanzadora de estas experiencias. Hablan casi únicamente de lo maravilloso que es el más allá con su profundo sentido de paz, su belleza deslumbrante, sus paisajes idílicos, su desborde sobrecogedor de amor incondicional y sus encuentros místicos con parientes fallecidos, ángeles bellos y otros seres de forma luminosa. Dan a entender que no hay nada que temer. Nos hacen sentir que siempre vamos a ser amados y protegidos. Las diversas sectas de la Nueva Era y otras filosofías parecidas también han hablado mucho sobre las ECM enseñando que los seres angélicos a los cuales muchas personas encuentran en los paisajes idílicos y en los alrededores del túnel misterioso de hecho son nuestros propios guías espirituales y los árbitros kármicos de nuestras futuras encarnaciones. De acuerdo con esta interpretación, estos mismos «señores del karma» nos aconsejan a reencarnarnos una vez más en este mismo mundo de materia densa bajo determinadas condiciones kármicas para la continuación de nuestra evolución como seres espirituales tras una revisión de vida panorámica que nos hace reflexionar sobre todos los acontecimientos importantes de nuestra vida encarnada más reciente. Se nos dice que esto es para nuestro propio beneficio.
Esta visión un tanto ingenua, sin embargo, ya no goza del mismo nivel de influencia que antes tuvo en décadas previas. Últimamente cada vez más personas están empezando a cuestionar el por qué de todas estas encarnaciones absurdas en las sociedades distópicas de este planeta y dudar de los fines verdaderos de estas entidades extrañas que se nos presentan en el más allá con la pretensión de ayudarnos en nuestro trayecto evolutivo. Se está difundiendo rápidamente otra perspectiva distinta con respecto al túnel misterioso y a los supuestos seres luminosos, a saber, aquella de la ignominiosa y espeluznante «trampa de almas arcóntica».
De acuerdo con esta interpretación contraria de inclinación gnóstica, los paisajes idílicos y el túnel misterioso no son más que partes de una engañosa simulación que se proyecta en el plano astral o etérico de nuestro entorno cósmico local y esos aparentes seres angélicos o luminosos son desenmascarados como malévolos «arcontes» o entidades interdimensionales hostiles que interceptan a las almas de los difuntos con su red de ilusiones y las convencen a volver a la tierra y aceptar sus programas kármicos a través de algún tipo de «contrato del alma» basado en el engaño. Los textos de las antiguas sectas gnósticas hablan de este mundo de corrupción absoluta como el dominio de un dios falso conocido como «Yaldabaoth»—el señor de los arcontes--e identificado con el sanguinario y perverso dios hebreo Yahvé. Los puranas hindúes relatan que la humanidad está presa de una era de oscuridad y de falsedad bajo el reinado del demonio Kali y sus potestades demoníacas Koka y Vikoka desde hace unos cinco milenios (Kali Yuga). Estos parásitos asquerosos lograron apoderarse de nuestro mundo en algún momento del pasado. Impiden nuestro regreso a la Fuente Original. Nos mantienen separados de dimensiones superiores y de otros mundos. Están empeñados en volver a esclavizarnos en su mórbido sistema de servidumbre y de embrutecimiento. Es probable que se alimenten de la energía negativa producida por nuestro sufrimiento continuo así como también de los sacrificios que se rinden a ellos en sus diversas religiones engañosas.
No es ningún secreto que el mundo en el cual hoy nos encontramos es poco más que una distopía flagrante de la más total miseria. Nos resulta muy difícil creer que un alma jamás podría alcanzar cualquier tipo de crecimiento significativo aquí en este tipo de vida. La mayor parte de las personas se encarnan sin recuerdos transparentes de sus vidas pasadas ni dirección alguna, pasan casi toda su vida trabajando de modo incesante en el sistema económico artificial de unos pocos usureros sin escrúpulos y para el beneficio de una clase hegemónica de explotadores despiadados, viven atormentados por un sinfín de sectas e ideologías basadas en el miedo y nuestro sentimiento de culpa y soportan incontables tipos de opresión degradante. Por si eso fuera poco, algunas almas incluso más desafortunadas se encarnan en cuerpos débiles y deformes, padecen de defectos congénitos horrorosos, nacen en una condición de pobreza inhumana o sufren deplorables abusos sexuales en su propio entorno familiar. Los llamados «gurús» de la Nueva Era sólo repetirán los mismos tópicos vacíos de que las almas eligen estas circunstancias adversas de modo voluntario con el fin de pagar «deudas kármicas» o que nos falta mucha madurez todavía y como tal debemos volver una y otra vez—incluso cientas de veces—para aprender las mismas «lecciones» que somos demasiado tontos para comprender. ¿Qué beneficio hay en vivir como un miserable esclavo económico siempre al borde de la indigencia? ¿Qué lección se aprende de haber nacido con la ceguera congénita o el autismo grave o de ser violado por un pariente cercano en un estado indefenso? ¡Ya basta! Cada vez más almas ahora vemos este mundo por lo que realmente es—una cárcel agobiante y embrutecedora—y ya estamos hartas de seguir reencarnándonos aquí.
Los impostores arcónticos son los arquitectos ocultos de muchas de las religiones nocivas de la tierra. Se aprovechan de la programación cultural y religiosa de cada uno para convencerlo a reencarnarse en su mátrix planetaria una vez más. Tras la famosa revisión de vida panorámica los parásitos cósmicos disfrazados de ángeles brillantes y de otras figuras religiosas le explicarán al alma recién desencarnada que no está preparada todavía y que debe emprender otra encarnación terrestre bajo las condiciones indicadas para poder avanzar al siguiente nivel (o algunas paparruchas semejantes). Si el difunto vivió en un entorno judeocristiano algún arconte se hará pasar por Jesucristo o la Virgen María y le dirá que aún tiene demasiados pecados sin arrepentimiento que impiden su entrada en el «Reino del Cielo» pero que se le otorgará otra oportunidad en la tierra para vivir de modo correcto y volverse digno de estar con «Dios». Si el difunto ha sido budista o de la Nueva Era otro arconte dirá ser el Buda o algún «maestro ascendido» e intentará convencerle de la existencia de un surtido entero de «deudas kármicas» sin resolver y de la consiguiente necesidad de más vidas encarnadas con requisitos muy específicos. A veces los impostores arcónticos incluso se harán pasar por determinados parientes fallecidos del difunto para manipular sus emociones y asegurar su cooperación. Si todos estos engaños fallan los arcontes le mostrarán al difunto algunos de sus deseos incumplidos y le prometerán otra oportunidad para cumplirlos en la tierra. Quieren regresarnos aquí a cualquier precio.
Estos dioses falsos consideran que somos su fuente de alimento. Muchos han especulado que se sustentan de la energía negativa de nuestro sufrimiento y de nuestra devoción religiosa a sus cultos de depravación. Sin nosotros ellos no podrían existir. Los arcontes engañan a las naciones a través de sus múltiples sectas y sus múltiples instituciones sacerdotales que invariablemente insisten en que los hombres son de algún modo culpables de algo y exigen algún tipo de sacrificio a cambio de la supuesta «expiación» de este supuesto defecto. Algunas veces el sacrificio es literal y requiere la inmolación brutal y sangrienta de incontables seres vivos inocentes en los altares de los cultos arcónticos como fue el caso del judaísmo antiguo y otras veces el sacrificio es más sutil y simbólico como la «Santa Cena» de la religión cristiana que se trata de un simulacro impío de la matanza horripilante del «Hijo de Dios» por el perdón de los supuestos pecados de la humanidad. Los arcontes han establecido sistemas políticos y financieros corruptos que sólo sirven para someter a la población humana a jerarquías artificiales y obligar a la mayor parte de los hombres a laborar arduamente y sacrificar casi todo su tiempo y energía nerviosa día tras día a cambio de la supervivencia más básica. El trabajo continuo y la pobreza son algunos de los principales medios de control. Los arcontes siempre buscan dirigir nuestra atención sólo a los afanes materiales más bastos. Pretenden mantenernos en un estado de frecuencia mental sumamente bajo para que nunca podamos despertarnos a sus engaños más sutiles. Las diversas características distópicas de este mundo han sido orquestadas por designio.
Yo mismo creí en los supuestos seres luminosos y todo su juego del «karma» en un inicio. Me dejé llevar por todos esos libros y documentales bonitos con sus descripciones de paisajes idílicos y de amor ilimitado cuando recién había comenzado a investigar el tema de las ECM. Sé lo seductor que puede ser este paseo. Sin embargo, uno pronto se da cuenta de lo absurdo de todas estas encarnaciones de sufrimiento sin sentido y de la misma noción de las «deudas kármicas» y llega a comprender que la luz blanca y el túnel misterioso se asemejan más a una trampa insidiosa para nuestra detención continuada en el más allá. Os exhorto a todos vosotros a evitar la luz blanca y el túnel misterioso a cualquier precio y a rechazar de modo tajante cualquier condición kármica o contrato reencarnativo que esos impostores intenten imponeros. Sepáis que esas cosas no son para vuestra evolución auténtica sino sólo para vuestra esclavización ulterior. El propósito original de la reencarnación es el de evolucionar a través de nuestras experiencias dentro de los reinos materiales del cosmos; sin embargo, este sistema arcóntico de manipulaciones kármicas y de encarnaciones forzadas resulta ser una aberración total. Nos conviene huir de su trampa en cuanto se nos presente la primera oportunidad. No os pido que creáis ciegamente en esta interpretación. No estáis obligados a creer cualquier parte de esto. Sólo os pido que la toméis en cuenta como una posibilidad y os pongáis a investigar el tema por cuenta propia. Después de todo, este proyecto se trata de filosofía y de exploración individual y no de dogmas inflexibles ni de fe ciega.
2. Evidencias del Fenómeno: Las ECM y los Vislumbres del Más Allá
Es importante entender que esta teoría de los impostores arcónticos y de su trampa de almas en el más allá se extrapola primero que nada de datos empíricos obtenidos de los numerosos testimonios de ECM de los cuales hablamos en el capítulo previo y en otros artículos. No se trata en absoluto de ninguna teoría de conspiración infundada o creencia religiosa basada únicamente en dudosos textos sagrados o en las revelaciones poco fiables de autollamados canalizadores y maestros espirituales. Analizamos los patrones comunes que están presentes en estos casos y luego vamos desarrollando hipótesis de lo que está sucediendo en el esquema más general de las cosas partiendo de los fenómenos observados. A veces hacemos comparaciones con algunos contenidos relevantes de materiales mitológicos como aquellos de la cosmovisión gnóstica y de las escrituras hindúes pero éstos son sólo referencias secundarias que se interpretan en combinación con evidencias empíricas existentes (si nosotros podemos ver determinados vislumbres de una realidad ultramundana como aquella de las ECM y de seres de otras dimensiones entonces es probable que los antiguos también fueran capaces de percibirlos y los incluyeran en sus mitologías). No obstante, siempre preferimos empezar con lo empírico.
Los testimonios de ECM, como hemos visto en artículos previos, indican que tras la muerte biológica el alma o la unidad de consciencia individuada del difunto sigue encontrándose consciente esta vez fuera del cuerpo físico y muchas veces en un estado de hiperconsciencia muy superior al alcance de su percepción normal a pesar de que el cuerpo físico esté sin actividad cardíaca y cerebral alguna, observa su propio cadáver exánime y todo el escenario de su muerte desde un punto de vista externo y luego comienza a vislumbrar algún túnel llamativo y algunos paisajes paradisíacos muchas veces poblados por entidades inteligentes que dicen ser parientes fallecidos del difunto, ángeles celestiales, guías espirituales o figuras religiosas populares. En algunos casos el difunto pasa por algún tipo de revisión de vida panorámica en la cual se le muestran diversas reviviscencias notables de toda su vida en la tierra desde la infancia hasta el momento de su muerte. Por supuesto, en el caso de una ECM, la consciencia del sujeto al final logra regresar al cuerpo físico antes de que sea tarde y vuelve a la vida material sumamente impactada por todo lo que vio más allá del umbral. La muerte biológica se trata de un proceso de desencarnación. El alma se libera de las restricciones físicas de esta realidad de materia densa y pasa a otro plano vecino de una constitución menos densa donde es interceptada por seres sobrenaturales que muchas veces tienen un significado religioso. Estos seres parecen poseer el poder de decidir quién puede regresar y quién debe quedarse. Muchas veces están estrechamente vinculados con el túnel misterioso que parece llevar a algún otro sitio desconocido.
Algunos escépticos de lo paranormal aseveran que los contenidos perceptuales de las ECM no pueden ser más que alucinaciones disparatadas de un cerebro moribundo producidas por la anoxia y una reacción psicológica a la muerte. Intentan desechar todos los casos de este tipo como una serie de ilusiones caóticas que sólo tiene lugar dentro del cráneo de aquellos que están en la frontera de la muerte. Sin embargo, estos oponentes de la espiritualidad pasan por alto varios detalles importantes con respecto a las ECM en su afán unidireccional de llegar a una conclusión materialista.
Primero, algunas ECM se producen cuando el paciente está sin actividad cardíaca, con encefalograma plano y bajo la anestesia general al mismo tiempo, condición sumamente comprometida en la cual es imposible que se formen pensamientos complejos o recuerdos sustanciales. Aún así la mayor parte de las personas que han tenido una de estas experiencias atestiguan que no sólo percibieron imágenes muy complejas durante todo el episodio sino que también estaban en un estado hiperconsciente y gozaban de una plenitud perceptual extraordinaria. Éste es un indicio de que las ECM suceden en otro plano de índole espiritual independiente del cerebro material.
Segundo, algunas ECM incluyen una especie de experiencia extracorpórea acompañada por el fenómeno de la «percepción verídica» en el cual el sujeto es capaz de observar múltiples detalles físicos del escenario de su muerte que más tarde son verificados como veraces. Uno de tales casos es aquél de la música atlanteña Pamela Reynolds quien se salió de su cuerpo físico durante una cirugía compleja para extirparle un aneurisma a su cerebro la cual implicaba un paro cardíaco hipotérmico inducido además de la anestesia general. A pesar de todo Pamela fue capaz de relatar los detalles de su propia operación y hasta conversaciones enteras del equipo médico con un nivel de precisión asombroso.
Las ECM se tratan de acontecimientos reales en el más allá que desafían cualquier explicación materialista simplista.
Los seres sobrenaturales que aparecen en las fases posteriores de las ECM son muy sospechosos. Merodean por ese lugar ultraterreno e intentan inmiscuirse en nuestro proceso desencarnativo y atraer a nuestras almas hacia su propio dominio. Se hacen pasar por Jesucristo o el Buda o alguna otra forma pensamiento religiosa como camaleones engañosos. Algunos incluso obligan a ciertas almas a volver a esta distopía agobiante de miseria supuestamente para seguir con algún tipo de «lección» o «misión en la vida» a pesar de que el sujeto de la ECM manifieste claramente un deseo de no volver aquí. Según muchos autores de la Nueva Era, estos mismos «ángeles» o «seres de luz» están encargados de determinar nuestras suertes kármicas y nuestras próximas encarnaciones. ¿Qué es lo que hacen allí realmente? ¿De verdad representan a la verdadera Fuente Original? ¿Por qué nuestras almas libres y autónomas necesitan su dirección y su autoridad? Para mí todo este sistema de ellos huele a engaño. Parece que esas entidades de identidad dudosa simplemente están hallando formas de mantenernos atrapados en su juego cruel.
3. Las Mitologías y la Invasión Arcóntica: Un Propuesto Origen de la Anomalía
¿Cuál es la historia de los arcontes? ¿Cómo llegaron a apoderarse de los planos más sutiles de nuestro entorno cósmico local? Hay que admitir que existe muy poca información verificable sobre esta cuestión dado su carácter conspirativo; sin embargo, propongo que se pueden encontrar varias pistas en las mitologías de los pueblos antiguos que nos permitirán reconstruir un trasfondo histórico más o menos coherente del contexto. Si bien los relatos mitológicos suelen ser desechados como poco más que ficción fantástica por la mayoría de los historiadores modernos, yo mismo considero que muchos llamados mitos albergan ciertos datos verídicos sobre nuestro pasado lejano muchas veces de modo alegórico. Entre ellos se esconde el misterio de la «invasión arcóntica».
Varias fuentes mitológicas hablan sobre una era de gloria ya olvidada en la cual los dioses estaban presentes en la tierra y los hombres gozaban de un nivel de civilización muy superior al actual bajo su tutela divina. Este motivo está tan difundido por las distintas culturas del mundo antiguo que ya se trata de una constante. La tradición hindú describe un feliz y próspero Satya Yuga pasado en el cual la verdad y la virtud prevalecían, el engaño y los vicios estaban ausentes, el ser humano poseía gran sabiduría y capacidades mentales muy desarrolladas y las deidades benévolas ayudaban a los hombres a defenderse de los «asuras» o dioses malévolos. Este orden mundial eutópico sería seguido por eras cada vez menos prósperas (Treta Yuga, Dwapara Yuga y por último Kali Yuga) tras el comienzo de un proceso de deterioro. Satya Yuga corresponde a la Edad de Oro de las cuatro Edades del Hombre de la mitología griega. La tradición egipcia, asimismo, recuerda un gran tiempo mítico anterior a la aparición de los faraones cuando los dioses originales gobernaban sobre Egipto y todo el mundo estaba en sincronía con la verdadera «Maat» u orden divino. Más tarde dioses como Ptah, Amón, Horus e Isis regresarían a su mundo original ubicado en Sahu u Orión y la humanidad entraría en tiempos con cada vez mayor decadencia. Las referencias mitológicas no terminan aquí. En el mito prometeico (la versión de Esquilo) Prometeo le otorga al hombre el «Fuego Divino» y así instaura una etapa singular de civilización humana, en los relatos sumerios Enki le enseña a su pueblo los saberes de los dioses y edifica muchas sociedades florecientes y armoniosas, e incluso en el Génesis encontramos la tierra de Babel en la cual los hombres han comenzado la «obra» y están a punto de llegar al mismo «cielo».
Sin embargo, en un momento dado de la historia se produjo algún tipo de anomalía y el mundo entero fue hundido por las corrientes devastadoras de una nueva era tenebrosa. Según la cronología hindú, Kali Yuga comenzó alrededor de 3102 a.e.c. cuando el dios Krishna se fue de la tierra y volvió al reino celestial de Vaikuntha y el mundo humano cayó bajo el dominio del demonio Kali y sus potestades demoníacas Koka y Vikoka. En esta era la discordia y la depravación abundan, la justicia y la compasión disminuyen bastante, reyes y gobernantes corruptos asumen el poder y explotan a su propio pueblo a través de impuestos gravosos y trabajos forzados y el «dharma» auténtico es eclipsado por la hipocresía y la mentira y reemplazado por sectas y filosofías de estafadores que inventan doctrinas impías con su propia imaginación. El período de Kali Yuga parece coincidir en gran medida con la cronología corta de la historia oficial que comienza sólo hace unos cinco o seis milenios en el Medio Oriente. La famosa «Profecía de Thoth» del Libro de Asclepio de la tradición hermética greco-egipcia puede echar luz respecto a por qué los dioses de Egipto desaparecieron y las naciones empezaron a degenerar de manera anormal. El maestro mítico le advierte a su discípulo Asclepio que en los tiempos postreros los dioses originales estarán ausentes de la tierra habiendo sido reemplazados por «impostores» y «ángeles malvados» que corromperán a los líderes de los hombres y les instigarán a perpetrar todo tipo de crímenes y perversiones que son perjudiciales a la naturaleza del alma. Aquí se encuentra un paralelismo directo con la aparición del demonio Kali y sus subalternos perversos en el mito hindú. Por último, en el relato bíblico, leemos que la lengua unificada (alegórica) de los hombres y su gran «torre» cuya cúspide llega al «cielo» son destruidas por el dios hebreo Yahvé y sus ángeles que descienden de su morada celestial y esparcen a los constructores de Babel por la faz de la tierra. Todas estas entidades malévolas corresponden a los arcontes intrusos de la cosmovisión gnóstica.
En el principio hubo una facción de dioses benévolos que interactuaba con nuestro mundo con frecuencia y enseñaba a nuestros ancestros más lejanos a construir grandes civilizaciones y desarrollar alucinantes poderes mentales. Entre ellos estuvo el mismo Enki-Prometeo que le reveló a su protegido humano Adapa-Adán muchos de los altos conocimientos del cielo y la misma ciencia de la divinidad en contra de la voluntad de Anu-Yahvé y todos los demás «asuras» o deidades enemigas. ¿Cuál era la naturaleza verdadera de aquellos seres sobrenaturales antiguos? Desde nuestro punto de ver, todos los llamados dioses de los tiempos míticos desde los «Anunnaki» y los «Elohim» hasta los «Devas» y los «Nataraw» eran una estirpe de seres extraterrestres-interdimensionales que habían alcanzado la fase superior de su respectiva trayectoria evolutiva en su propio planeta y luego visitaron la tierra y guiaron a los seres humanos en nuestra propia evolución en una prehistoria olvidada (hipótesis de los astronautas antiguos). Aquí revelaré una interpretación esotérica de nuestra filosofía. La figura de Prometeo no es tan sólo una representación arquetípica del más sublime genio humano como algunos piensan sino un ser deiforme real que de verdad iluminó al hombre con su infinita sabiduría divina y facilitó el avance de nuestra civilización. ¿Y qué pasó con el orden original que él había establecido? Después de un tiempo otra facción de entidades malévolas encabezada por Anu-Yahvé decidió hacer la guerra contra Enki-Prometeo y los dioses originales con el fin de arrebatarles este planeta, de ahí el mito de las «guerras en el cielo» en las varias tradiciones antiguas. Por desgracia, nuestros dioses fueron vencidos por los invasores viéndose obligados a huir a su mundo originario y posteriormente el planeta entero se quedó en manos de los nuevos impostores que pronto fundarían sus múltiples religiones del engaño y esclavizarían a muchas almas humanas en su incipiente mátrix planetaria.
Los arcontes son depredadores cósmicos de origen extraterrestre-interdimensional aliados con el dios impostor tiránico Anu-Yahvé. Ellos invadieron nuestro mundo después de una desavenencia grave entre Anu-Yahvé y Enki-Prometeo y siguen oprimiendo a la humanidad de modo subrepticio desde las sombras de dimensiones colindantes. Su vergonzosa trampa de almas la cual conocemos gracias a los incontables testimonios de ECM es el ápice de su red de engaños. En el más allá los arcontes proyectan la forma de ángeles bellos y luminosos pero es más probable que el verdadero aspecto de muchos de ellos sea de forma fetoide o reptiloide como los famosos alienígenas grises o los temidos seres reptilianos de los cuales se ha especulado mucho últimamente. Relatos de su invasión de nuestro entorno cósmico local se esconden en algunos de nuestros mitos más antiguos. Este acontecimiento en gran medida desconocido es la causa de la anomalía en nuestro proceso reencarnativo.
4. Cómo enfrentar la Trampa de Almas y el Destino Final de la Anomalía
Supongo que la mátrix de atrapamiento de los intrusos arcónticos estará muy lejos de ser segura e infalible. Esos impostores despreciables son al fin y al cabo seres imperfectos y limitados por más divinos y omnipotentes que quieran aparentar. Es probable que su red de engaños contenga al menos unos pocos fallos aprovechables que puedan permitir nuestro escape del sistema. Quisiera sugerir algunas pistas para evitar la trampa engañosa y luchar contra la esclavización colectiva de la estirpe humana a manos de este enemigo común.
La primera es la concienciación. Debemos educarnos sobre el problema de los arcontes y todos los engaños de las sectas de la Nueva Era y de las otras religiones populares y tomar el tiempo para informar a muchas otras personas de intereses espirituales y esotéricos de la falsedad de la luz blanca y del motivo oculto de esos seres extraños de identidad dudosa. Siempre es mejor explicar estas teorías con calma y paciencia sin volvernos agresivos en nuestro afán de convencer a los demás. Recordemos que muchas personas han sido presas de varios tipos de acondicionamiento cultural y religioso durante muchos años. Si nos educamos sobre la situación y actuamos para concienciar a otros no sólo seremos nosotros mismos capaces de identificar los ardides de los arcontes sino que también muchos más resistirán contra la trampa y el sistema se volverá más débil. El conocimiento es el comienzo de todo.
La segunda es la resistencia directa. Debemos evitar la luz blanca y el túnel extraño a cualquier precio y no hacerles caso a los supuestos «ángeles» o «dioses» o «guías espirituales» o incluso a cualquier facsímil de nuestros propios parientes fallecidos por más resplandecientes y amorosos que parezcan. Las apariencias engañan. Sólo quieren volver a tentarnos en su juego cruel. Si los arcontes os muestran resúmenes de acontecimientos negativos de vuestra vida encarnada e intentan convenceros de que habéis acumulado «deudas kármicas» y por lo tanto debéis volver a encarnaros en este mundo para pagarlas o aprender algún tipo de «lección» vinculada con ellas rechazadlas de modo tajante y negaos a cooperar. Si os ofrecen algún tipo de «contrato del alma» con condiciones kármicas muy específicas decidles que sabéis que sólo es un engaño y que no vais a volver a la tierra y aún menos bajo las condiciones que ellos han elegido. Intentad huir de ese lugar. Buscad agujeros en su mátrix. Pensad volver a la Fuente Original.
La tercera es la elevación de nuestra propia consciencia en esta vida. Debemos estudiar las artes ocultas y trabajar con el Yoga y la meditación para aumentar nuestras vibraciones energéticas y volvernos cada vez más poderosos no sólo de modo individual sino también de modo colectivo. El Yoga y la meditación son las enseñanzas esotéricas de los dioses originales. Sirven para subir la calidad de nuestra consciencia y transformarnos en seres cada vez más brillantes y más lúcidos. Es justo por este motivo que cualquier tipo de estudio serio del ocultismo siempre ha estado totalmente prohibido en las religiones falsas de los impostores arcónticos habiendo sido reemplazado por el ritualismo vacío y doctrinas perversas sobre el «pecado» y la «redención». Cuanto más aumentemos nuestras vibraciones energéticas durante esta encarnación más fuerte será nuestra consciencia en el más allá para rebelarnos contra los arcontes y circunvalar su insidiosa trampa de almas. Del mismo modo, cuanto más aumentemos la consciencia colectiva de nuestro planeta más fácil nos será resistir contra las corrientes distópicas de los arcontes en este plano físico y establecer en su lugar nuevas corrientes eutópicas.
¿Cómo será el destino final de la anomalía? ¿Estará condenado este mundo a seguir bajo la influencia de los intrusos arcónticos para toda la eternidad como si fuese una causa perdida o habrá algún tipo de transformación trascendental que lo libere de las tinieblas de Kali Yuga e impulse su evolución hacia un sentido más positivo?
No creo que el sistema arcóntico dure para siempre. Ningún imperio es eterno. Supongo que habrá algún tipo de despertar masivo de una gran parte de la humanidad que eclipse la hegemonía de las fuerzas oscuras o una intervención directa por parte de la Fuente Original y los dioses benévolos o incluso una combinación de ambos. Este tipo de interpretación puede deducirse de muchos de los materiales mitológicos que ya hemos estudiado. La tradición hindú afirma que este tiempo de Kali Yuga llegará a su fin y dará paso al próximo Satya Yuga o era de la verdad cuando el Kalki Avatāra o la última encarnación del dios Vishnú llegue a la tierra, haga la guerra contra el demonio Kali, destruya sus potestades demoníacas Koka y Vikoka y limpie el mundo de toda su degeneración. La famosa «Profecía de Thoth» de la corriente hermética predice asimismo que en el pleno auge de la decadencia el gran Hacedor y Restaurador detendrá todo el desorden que se haya producido bajo el dominio de los «ángeles malvados» y devolverá el mundo a su anterior aspecto. Desde mi punto de ver, estos mensajes indican que en el momento adecuado se dará algún proceso de «corrección» por parte de la Fuente Original. Este tipo de situación se trata de una aberración perversa de la creación y debe ser eliminado (va en contra de la evolución de la consciencia que es el propósito fundamental de la realidad cósmica). El arquitecto cósmico obrará para subir las energías de nuestro entorno planetario. Buscará maneras de despertar a muchos seres humanos, guiará las fuerzas de la luz en la lucha contra las fuerzas oscuras y tomará medidas para acabar con la estirpe arcóntica.
¿Por qué tarda tanto este proceso de «corrección»? ¿Cómo es que más de cinco milenios han pasado y todo el mundo aún permanece bajo el dominio de los dioses impostores? Es importante recordar que desde la perspectiva de la Fuente Original un par de nuestros milenios son tan sólo unos minutos como mucho. Ese pequeño parpadeo no es nada para un ser que conoce la eternidad. Todo el empeño debe de ser paulatino. Al igual que una operación de antivirus de la informática se requiere un determinado proceso de detección, contención y eliminación para corregir los elementos corruptos de modo seguro. Cada realidad está regida por reglas definidas. El arquitecto cósmico está obligado a operar dentro de los límites de su propia creación. No puede suceder un cambio de esta envergadura de la noche a la mañana. Es justo por esta razón que el planeta ha tenido que soportar todos estos siglos de Kali Yuga hasta ahora.
Pienso que el proceso de «corrección» entrará en su máxima fase en la Era de Acuario la cual se caracterizará por un alto nivel de iluminación, verdad y progreso humano. En ese tiempo venidero las energías serán más propicias para el despertar y cada vez más personas rechazarán los diversos sistemas de control y los valores distópicos de la corriente arcóntica. Hay que entender que este evento rectificativo es participativo. Nosotros mismos tenemos un papel principal en esta serie de cambios decisivos. No se trata de esperar a que nos venga a salvar alguna figura salvífica sin hacer nada (de hecho, la «salvación» externa es una característica definitoria de muchas de las sectas arcónticas puesto que esta noción sirve para fomentar la pasividad). El proceso es una prueba importante para nuestra estirpe. Debemos ser proactivos y obrar nosotros mismos para nuestra propia liberación de las fuerzas opresivas y la creación de nuevos sistemas y valores más eutópicos. Nosotros mismos somos los agentes del cambio.
Adendo: Contenidos Adjuntos
1. Conceptos metafísicos como el más allá y la reencarnación rara vez se hablan en muchas sociedades modernas que tienden a una cosmovisión materialista y en las pocas ocasiones cuando sí se tocan el diálogo suele limitarse a las ideas simplistas de la religión organizada. Por este motivo todo este escenario puede parecerle bastante estrafalario e increíble a la mayor parte de las personas. Sin embargo, lo que se considera «racional» o «creíble» o «intelectualmente respetable» sin duda varía mucho conforme a cada cultura y a cada época tratándose efectivamente de algo en gran medida subjetivo y dependiente de los sesgos ideológicos. Las modas son efímeras. Las comprensiones del mundo cambian. El materialismo es sólo una ideología. Sus diversos supuestos intelectuales se tratan únicamente de opiniones subjetivas con respecto a la naturaleza de la realidad sin base empírica alguna y hechas pasar por conclusiones científicas. Existe por otro lado evidencias empíricas en forma de miles de testimonios de ECM que indican que la consciencia sobrevive la muerte física en otros planos no-físicos y sugieren un proceso reencarnativo. Algunos datos parecen apoyar un concepto de la realidad más afín a las cosmologías místicas orientales. En un paradigma postmaterialista que reconoce la naturaleza fundamental de la consciencia y la reencarnación el propuesto contexto de la trampa de almas arcóntica se vuelve una consideración seria. Mis artículos de este tipo son sólo para aquellos que estén abiertos a la posibilidad de otras realidades extrafísicas.
2. Los testimonios de ECM nos dicen que la consciencia de los seres humanos no sólo permanece viva después de la muerte física del cuerpo sino que también entra en estados hiperconscientes e incluso es capaz de observar los acontecimientos reales del escenario de su propia muerte desde un punto de vista externo en forma de una experiencia extracorpórea a pesar de que el difunto esté sin actividad cardíaca y cerebral alguna durante varios minutos o incluso horas. Estos hechos empíricos que avalan la existencia del más allá existen y desafían cualquier explicación materialista independientemente de si los proponentes del materialismo los creen o no.
3. En principio en otras partes del cosmos la reencarnación es en su mayor parte libre y los seres conscientes pueden encarnarse donde quieran y bajo las condiciones que ellos mismos elijan con pocas restricciones reales. No hay pandillas de autodesignados mediadores en los planos astrales o etéricos que impongan condiciones kármicas de modo arbitrario u obliguen a las almas a reencarnarse en contra de sus propios deseos. Bajo circunstancias normales los seres conscientes se encarnan en las vidas que proporcionen la mayor oportunidad para hacer actividades edificantes, se cultivan a sí mismos todo lo que puedan, se desencarnan y vuelven a repetir el mismo proceso hasta alcanzar la máxima fase de su evolución. No pasan vida tras vida encarnándose en condiciones de servidumbre perpetua y de impotencia absoluta por deudas ficticias como lo hacen muchas almas de este mundo. Lo nuestro es una anomalía y una aberración total producida por entidades intrusas y sostenida por múltiples religiones del engaño.
4. Teorizo que los arcontes o dioses impostores provienen de una estirpe de humanoides depredadores que alcanzó una fase evolutiva muy alta en su propio planeta y luego decidió explorar otros mundos. Es posible que sean idénticos a los grises y a los reptilianos de los cuales se habla mucho en la ufología actual. ¿Por qué la Fuente decidió crear una raza tan hostil como ésta? La Fuente no crea los diversos mundos de la manera que mucha gente entiende (es decir, por el estilo del creacionismo ascendente) sino que va generando nuevas realidades a través de procesos probabilísticos. Muchas creaciones son experimentales y existen múltiples resultados posibles. A veces un proyecto puede salir tremendamente mal y acaba en un desastre. Ésta es sencillamente una dura realidad de la creación. La estirpe arcóntica es un ejemplo principal de este tipo de error. Sus miembros se volvieron demasiado virulentos y demasiado belicosos y al final acabaron por invadir nuestro mundo y esclavizar a una gran parte de la humanidad de modo subrepticio justo antes del comienzo de Kali Yuga.
5. Los dioses originales, por otro lado, siguieron una trayectoria evolutiva bastante positiva en otra parte del cosmos y luego ayudaron a nuestros ancestros más lejanos en su evolución tanto biológica como social al descubrir la tierra. Existen varios indicios de la llegada de extraterrestres antiguos en este planeta a pesar de la tendencia del «racionalismo» moderno a negar su posibilidad. Primero, casi todas las mitologías antiguas hablan sobre una raza misteriosa de grandes seres sobrenaturales que bajaron del cielo y enseñaron a los hombres los saberes de la civilización. Si algunos extraterrestres interactuaron con sociedades humanas en un tiempo mítico perdido es sólo lógico que los mitógrafos dejen registros de sus historias en sus propias obras escritas. Segundo, se han ido descubriendo cada vez más construcciones megalíticas alucinantes de origen misterioso en los últimos siglos como el complejo de Göbekli Tepe, el templo de Puma Punku y las Grandes Pirámides de Egipto. Éstas no pudieron haber sido construidas con las tecnologías primitivas de los hombres de aquella época. Tuvo que haber existido otra civilización sumamente avanzada en algún período del mundo antiguo tal vez de proveniencia extraterrestre. Tercero, la fusión telómero-telómero de los cromosomas 2 y 3 del genoma del Homo Sapiens sigue siendo un enigma. Esta anomalía genética que hizo que perdiéramos un par cromosómico y que nos diferencia del Homo Erectus y de todos los demás homínidos primitivos podría ser el resultado de algún tipo de ingeniería genética por parte de visitantes de otro mundo. Su existencia reflejaría el mito antropogónico mesopotámico según el cual los Anunnaki forman al hombre inteligente mezclando la sangre divina con la arcilla de los hombres.
6. Los egipcios creyeron que sus dioses originales como Ptah, Amón, Horus e Isis habían gobernado sobre su patria en la carne en un glorioso tiempo mítico prefaraónico pero que ellos posteriormente desaparecieron de este mundo por algún motivo y volvieron a su mundo originario ubicado en Sahu u Orión. Se decía que los mismos seres divinos ahora se encontraban muy lejos de los hombres y no podían volver a la tierra en su forma física debido a la gran distancia del vacío oscuro que existe en el medio. De ahí nació la tradición de los templos puesto que se creía que en ellos los dioses entraban en comunión con sus adeptos esta vez a través de sus cuerpos sutiles (es decir, a través de la proyección astral). Estos seres poseen un cuerpo físico, gobernaron sobre naciones terrestres en un principio, regresaron a su propio planeta en un momento dado de la historia y ahora quedan aislados del mundo humano por la vastedad del espacio. Esta descripción suya suena mucho más a extraterrestre biológico que a espíritu incorpóreo. La famosa «Profecía de Thoth» del Libro de Asclepio de la tradición hermética greco-egipcia explica que los dioses originales se alejaron de la tierra tras ser reemplazados por «impostores» y «ángeles malvados», un acontecimiento que forma un paralelismo claro con el predominio de los malévolos «asuras» en los mitos hindúes.
7. La mayor parte de las religiones a lo largo de la historia conocida han sido poderosos programas de control de los arcontes. Sólo pretenden esclavizar la mente y someter a los hombres a la voluntad de los dioses impostores. Estas ideologías sectarias se caracterizan por la sumisión ciega y la abnegación total del ego, doctrinas de «salvación» o de «redención», el autoritarismo basado en el miedo y nuestro sentimiento de culpa y muchas veces sacrificios sangrientos de seres vivos. Se oponen a cualquier tipo de desarrollo individual o estudio auténtico de las artes ocultas. Cuando una congregación de judíos le sacrifica una oveja o un buey a su dios Yahvé los arcontes absorben esa energía negativa producida por el terror del animal inocente y el derramamiento de sangre del sacrificio. Una gran parte del llamado Antiguo Testamento está dedicada a descripciones detalladas de estas costumbres perversas. Asimismo, cuando un grupo de cristianos reza a Jesucristo o a la Virgen María o participa en la llamada «Santa Cena» que no es más que un simulacro impío de un brutal y espeluznante sacrificio humano con su ritual de la bebida de sangre y del consumo del cuerpo, los mismos arcontes se presentan en ese lugar para alimentarse de toda esa energía que desprenden sus rebaños religiosos ingenuos. Estas entidades engañosas están detrás de las posesiones demoníacas y los exorcismos (todo un acto de teatro). A veces producen señales y maravillas para mejor engañar a los crédulos de sus sectas. Todas estas religiones asquerosas son nuestros enemigos. Debemos condenarlas por sus incontables perversiones.
8. La corriente de la Nueva Era que se ha ido popularizando a partir de los años 1970 es otro engaño arcóntico más para las personas de instintos espirituales que se han dado cuenta de la falsedad de las religiones organizadas de generaciones anteriores y buscan verdades metafísicas en otras avenidas. Los dioses impostores se aprovecharon del gran aumento de interés por la espiritualidad que se dio en la segunda mitad del último siglo tergiversando conceptos antiguos y dirigiendo las mentes de los buscadores hacia sus propias doctrinas perversas y esclavizantes. A diferencia de la religión tradicional, los diversos grupos de la Nueva Era reconocen determinadas enseñanzas espirituales antiguas como la reencarnación y la evolución del alma; sin embargo, sus llamados «gurús» y «canalizadores» sólo manipulan a las personas enseñándoles que los «ángeles» o «guías espirituales» las encarnan en la tierra muchas veces bajo condiciones adversas para que puedan ir pagando sus «deudas kármicas» que según se dice son necesarias para su «evolución espiritual» y que todo el mundo debe aceptar todo lo que le ha tocado en esta vida por más brutal que sea puesto que supuestamente la misma alma ha decidido experimentarlo. La mentalidad de la Nueva Era es una de pasividad. Sus mensajes no son más que un programa de acondicionamiento para asegurar nuestra cooperación con la trampa de almas arcóntica. Estas sectas son muy insidiosas. No son más que un callejón sin salida que no va a ningún sitio y sólo desemboca en más estancamiento y esclavización mental.
9. Un entorno de orden eutópico y de libertad individual es mucho más propicio para la evolución del alma que cualquier condición de sufrimiento extremo y de restricción total. Lo mejor es una vida de seguridad económica, abundante tiempo libre, gran poder personal y una amplia gama de opciones que permita buena oportunidad para el desarrollo intelectual y físico, la creatividad, la realización propia y las prácticas esotéricas. Si bien las adversidades esporádicas pueden conllevar algún tipo de aprendizaje y aportar a nuestro crecimiento, la vida de trabajo constante obligado por la amenaza de la pobreza y de embrutecimiento implacable en la cual se encarna la mayor parte de las personas está patentemente carente de verdaderas oportunidades para crecer y sólo sirve para entumecer a las almas e impedir cualquier tipo de avance personal. Alguien que trabaja todo el tiempo a cambio de la subsistencia básica no dispone del tiempo libre necesario para educarse, cultivar sus facultades mentales, desarrollar sus talentos artísticos o elevar su consciencia a través de las prácticas esotéricas. Sólo sufre inútilmente y vive por los pocos momentos de escapismo. Muchas almas sólo están esclavizadas en estas encarnaciones. Las entidades que nos encarnan aquí no son nuestros amigos.
10. Yahvé, el dios al cual adoran las religiones monoteístas y al cual los gnósticos antiguos asociaron con «Yaldabaoth»,—el señor de los arcontes—, es un dios megalómano que quiere hacerse pasar por el creador cósmico y usurpar el lugar de la Fuente Original. Pretende someter a todos los seres vivos a su única visión y a su único orden. Yahvé, o Ēl en el panteón semítico prebíblico, corresponde a Anu en el panteón sumerio original. Son el mismo ente. Anu-Yahvé no es propiamente de la estirpe arcóntica. Él es un Anunnaki al igual que su hijo biológico Enki y todos los otros dioses originales y sólo se alió con los arcontes de forma fetoide y reptiloide después de una desavenencia grave con Enki. Especulo que existen tres tipos distintos dentro de la facción enemiga: los grises, los reptilianos y algunos Anunnaki de inclinación conservadora. Anu-Yahvé es el verdadero arquitecto del llamado «Nuevo Orden Mundial». Él controla a los gobiernos de las naciones a través de su propio pueblo judío. El sionismo—el verdadero rostro del judaísmo—es uno de los principales programas de dominio de la corporación arcóntica.
11. La Serpiente del Edén que le revela a Adán la sabiduría de los dioses para nuestro despertar ha sido totalmente calumniada por las diversas religiones arcónticas a lo largo de los siglos. Nos dicen que ese mismo dios misterioso de infinita iluminación es nadie más que el temido demonio «Satanás» y el «padre del mal». Lo calumnian así por la única razón de que él nos enseñó en aquel tiempo mítico cómo elevar nuestra consciencia, volvernos poderosos, desarrollar todas nuestras facultades ocultas y forjarnos en grandes seres deiformes. La Serpiente que es idéntica a Enki en la versión sumeria y al titán benévolo Prometeo en la mitología griega le otorgó a la humanidad las técnicas del Yoga, el conocimiento de la Kundalini e incluso el mismo «Opus Magnum» del alma para alcanzar la divinidad. Es esta espiritualidad elevada que verdaderamente les entrega el poder a los hombres que los carceleros arcónticos han querido destruir. La historia la escriben los vencedores.
12. El mito de la Torre de Babel que se encuentra en el capítulo 11 del Génesis se trata de una brillante alegoría de la ascensión de la Kundalini y del subsiguiente logro del «Opus Magnum». Alude al final súbito de una época de gran armonía en la cual alguna parte de la humanidad había alcanzado un nivel altísimo de consciencia y estuvo a punto de lograr su propia divinidad. La sola lengua unificada que habla todo el mundo (Génesis 11:1; 11:6) se refiere esotéricamente a la unión perfecta entre todos los cuerpos sutiles y el físico, es decir, el mismo «Yoga». El «fuego» con el cual los hombres cuecen los ladrillos de la construcción (Génesis 11:3) representa la poderosa bioenergía serpentiforme de la Kundalini que recorre por todos los chakras. La «torre» cuya cúspide llega al «cielo» (Génesis 11:4) simboliza la penetración del séptimo chakra situado en la coronilla por parte de esta misma fuerza, la cual conduce al yogui a la iluminación y facilita su apoteosis. El hombre casi se ha vuelto como los mismos dioses (compárese con Génesis 3:5). Por desgracia, Yahvé y los otros dioses malévolos se dan cuenta y descienden a la tierra para confundir el habla (alegórica) de los hombres y destruir la «obra» de Babel. Lo que sigue es sólo la corrupción progresiva de la espiritualidad en el sucesivo Kali Yuga bajo el dominio de los dioses impostores.
13. La mayor parte de las almas encarnadas en este planeta habrán pasado por la trampa de almas arcóntica antes de nacer aquí. Habrán venido aquí completamente a la merced de los dioses impostores. Sin embargo, pienso que es posible que una minoría de almas avanzadas provenientes de otros lugares también se hayan encarnado en este mundo en tiempos recientes con el fin de elevar la suma de la consciencia planetaria y luchar contra la mátrix arcóntica desde el interior. Estos seres que representan a la Fuente Original y a los dioses benévolos obrarían para subir las energías de este mundo y ocasionar un gran despertar de la humanidad en un futuro cercano. Si esto sucede y una gran parte de nuestra población despierta y entra en una corriente mucho más elevada todo el sistema arcóntico que depende en gran medida de la ignorancia de las personas y de nuestro sufrimiento extremo pronto dejará de funcionar y nos volveremos cada vez más libres. Estas energías, en mi opinión, están asociadas con la Era de Acuario, la verdadera y no la sucedánea de la Nueva Era, cuyos efectos positivos ya están empezando a manifestarse en este nuevo siglo. Hay cada vez más pequeñas luces brillantes en medio de la inmensa oscuridad.
14. Estoy seguro de que muchos lectores encontrarán bastante desconcertante esta interpretación sobre los seres extraños presentes en las ECM y el proceso reencarnativo en este planeta. No me extrañaría que algunos me acusaran de estar dominado por la paranoia y la negatividad sólo por el hecho de que mis propias conclusiones no se amolden a las divagaciones ingenuas e infantiles de la Nueva Era sobre la paz universal y el amor infinito. Sin embargo, debemos reconocer la dura realidad de que este mundo bajo el dominio de esas entidades sospechosas resulta ser un lugar totalmente distópico que está repleto de todo tipo de barbaridades y miseria y nunca para de sofocar a muchas almas que se encarnan aquí. No se halla nada de benevolencia en esta situación por más que los canalizadores de «maestros ascendidos» o de «pleyadianos» sigan predicando sus cosas bonitas. Juzgo que todo esto es un insidioso engaño y que el panorama es en realidad mucho más oscuro. Estos «ángeles» o «seres de luz» o como quieran llamarse son nuestros carceleros y nuestros torturadores y es necesario que no sólo dejemos de adorarlos o cooperar con ellos sino que también luchemos contra ellos e intentemos derrumbar todo su nefando sistema de control. Debemos afirmar nuestra propia soberanía frente a cualquier tipo de tiranía arcóntica.